Tras estudiar en clase de
economía lo que es la devaluación he decidido realizar esta nueva entrada sobre
ello. Siempre he tenido entendido que la devaluación tenía un aspecto negativo
para un país pero tras haberlo estudiado me he dado cuenta de que no tiene por
qué ser así.
Comencemos por saber cuál es la
definición de devaluación:
“La devaluación es la pérdida del valor nominal de una moneda
frente a otras monedas extranjeras.”
Muchos países utilizan la
devaluación de su moneda para aumentar la demanda para que sus productos sean
más baratos respecto a los productos de otros países con otras monedas y por consiguiente conseguir mayores
exportaciones mejorando así la competitividad del país. Obviamente para el país
que devalúa no supone un problema pero para los otros que exportan los mismos
productos sí.
Para poder devaluar
una moneda hace falta tener autoridad monetaria.
El 15 de diciembre de 1995, en
Madrid, los miembros de la Unión Europea se reunieron y acordaron la creación
de una moneda común europea, el euro que se puso en marcha el 1 de enero de 2002.
Sólo
17 países de los 27 que conforman la Unión Europea han adoptado esta moneda: Alemania,
Austria, Bélgica, Chipre, Eslovaquia, Eslovenia, España, Estonia, Finlandia,
Francia, Grecia, Italia, Irlanda, Luxemburgo, Malta, Países Bajos y Portugal.
De esta manera, esos países
perdieron todo tipo de soberanía monetaria y ésta reside en el Banco Central
Europeo (BCE) que se creó en 1998 por el Tratado de Amsterdam. Éste se encarga
de la política monetaria de esos 17 estados miembros que conforman la Eurozona.
Por lo tanto, esos 17 países no
pueden tomar la decisión de devaluar su moneda para poder mejorar sus
exportaciones. No pueden realizar una
devaluación externa.
Ahora bien, también existe el
término de devaluación interna
que consiste en hacer más competitiva la economía de un país a través de la
austeridad del sector privado y de las familias. Las medidas más famosas de la
devaluación interna son la bajada de precios y salarios. En definitiva, empobrecerse voluntariamente.
Esta devaluación interna ya se ha
aplicado en países como Portugal o Irlanda y parece ser que ha llegado a
España. Según el informe de las previsiones de primavera de la Unión Europea,
el sueldo real per cápita en España ha descendido alrededor del 6 % desde 2010
y bajará otro hasta el 7% en 2013. En Grecia la corrección ya supera el 20% y
en Portugal, el 10%.
¿La devaluación interna podría ser entonces
la solución para salir de la crisis?
Según el premio nobel de
economía, Paul Krugman, es la única solución posible para España.
Pero yo no creo que sea así
aunque tampoco soy una premio nobel de economía. La salida de la crisis no es
sólo la devaluación interna sino que los países a los que ya exportábamos vuelvan
a tener crecimiento económico, por ejemplo Reino Unido, y que nuestra balanza
de pagos sea positiva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario