En
2008, todo el sistema financiero de Islandia quebró, seguido por una grave
crisis crediticia, el Gobierno tomó la decisión de nacionalizar a los tres
principales bancos del país: Kaupthing, Landsbanki y Glitnir que representaban el 85%
del sector (Recomiendo el
documental Inside Job). El
Gobierno islandés rechazó financiar el rescate de sus bancos y sólo protegió
los ahorros de sus ciudadanos.
Esta
situación puso a la economía de este pequeño país de 300.000 habitantes al
límite. En 2009, el PIB caía un 7%, la inflación se disparaba al 12%, los tipos
de interés por encima del 15%, la moneda se devaluó fuertemente... Ante esta
coyuntura aumentó la presión popular y el primer ministro de Islandia, Geir
Haarde, dimitió a principios de 2009. Más tarde, el ex primer ministro, se sentó
en el banquillo por su pésima gestión ante el colapso del país.
Islandia
acarreaba una deuda de sus bancos que superaba varias veces su PIB, la
situación de Islandia era mucha más crítica que la situación de España, sin
embargo algo más de cuatro años después de haberse iniciado la crisis
parece ver la luz…
Tras
recibir dinero del FMI, 2.100 millones de dólares, el gobierno islandés optó
por avalar los depósitos de los islandeses y reestructurar toda la deuda
extranjera. Además de los fuertes recortes impuestos por la autoridad
internacional, el país nórdico devaluó su moneda, lo que ayudó a amortiguar los efectos
de la crisis impulsando las exportaciones.
Recientemente,
la agencia de calificación Standard & Poor’s ha ratificado la nota de
solvencia a largo plazo de Islandia, situada en ‘BBB-’, a un paso del ‘bono
basura’ y al mismo nivel que la de España, aunque a diferencia de esta última,
S&P otorga al ‘rating’ islandés una perspectiva “estable”.
S&P
explicó que el ‘rating’ de Islandia se encuentra respaldado por una economía
“próspera y flexible”, así como por la “capacidad institucional” del país de
afrontar los problemas del sector financiero y crear un ambiente más favorable
a la creación de empleo y un crecimiento económico sostenible.
La demanda doméstica islandesa, ha permitido mejorar
significativamente la recaudación fiscal y reducir el déficit hasta el 5,4% del
PIB frente al 10% registrado en el 2010, lo que podría llevar a Islandia a
“alcanzar el equilibrio presupuestario en 2014″.
Por otro lado, según los datos difundidos por la oficina
nacional de estadísticas, la tasa de desempleo ha bajado al 5% de la población
activa en septiembre, un punto porcentual menos que hace un año. Con
una población activa de 180.700 personas, sólo 9.000 islandeses en edad de
trabajar están desempleados. El resto, 171.700 personas tienen empleo.
¿UN EJEMPLO PARA
OTROS PAÍSES?
El éxito de Islandia hace inevitable que mucha gente se
planteen si el modelo islandés podría aplicarse en otros países con problemas
como Grecia, Portugal, Irlanda o España. La respuesta es NO por varias
razones:
Ø Tamaño. Se trata de una
economía pequeña (un país de 300.000 habitantes con un PIB de unos 8.500
millones de euros). Frente, por ejemplo, al PIB de Grecia que asciende a
240.000 millones de euros.
Ø Devaluación y tipos de interés. Por otra parte, posee una moneda propia (la corona) y podía
desarrollar una política fiscal y monetaria con pleno poder. Sin embargo los
países de la zona euro sólo pueden actuar en políticas fiscales no en monetarias
al compartir moneda. Esa responsabilidad la tiene el Banco Central Europeo.
Ø Rescate. Este país recibió
una ayuda externa del Fondo Monetario Internacional de 2.100 millones de
dólares (1.595 millones de euros al cambio actual), una cifra mucho menor a los dos rescates que va a recibir, por
ejemplo, Grecia que en total suman unos 240.000 millones de euros.
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