En esta nueva entrada he decidido hablar sobre las
privatizaciones para aclarar algunos conceptos. Todos los días escuchamos en la
televisión que la sanidad se va a privatizar, las televisiones autonómicas, el
agua, etc.
Una privatización es el proceso mediante el cual
actividades empresariales son traspasadas del sector público al sector privado,
es decir actividades traspasadas desde el Estado o Comunidad Autónoma hacia
agentes económicos privados.
La necesidad de privatizar se fundamenta principalmente
en:
a) Mejorar la competitividad de la Economía del
país
b) La necesidad del Sector Público de obtener recursos
para reducir sus niveles de endeudamiento.
Desde mi punto de vista privatizar es
bueno, primero porque no es función del Estado ser empresario, visto
lo mal que gestiona; y segundo, porque se crea más riqueza, se innova más,
se satisfacen mejor las necesidades del mercado, y en definitiva, se crean más
puestos de trabajo y más sólidos cuando es la iniciativa privada la que
gestiona las empresas.
Tres razones
por las que privatizar:
1) Iniciar o
incrementar la competencia en determinados sectores (telecomunicaciones,
aeropuertos, transporte ferroviario, eléctrico, tabaco, hidrocarburos,
siderurgia, minería…). De esta forma se intenta conseguir que el mercado
estimule la economía, permitiendo un mayor crecimiento económico. Los menores
costes provocados por la mayor competencia incrementarán la productividad y la
eficacia de las actividades empresariales, mejorarán la calidad y
diversificarán la oferta de bienes y servicios. Por tanto, el consumidor
resultará beneficiario.
2) Reducir Deuda
Pública. Las privatizaciones no sólo contribuyen a disminuir parte de la deuda
pública, sino que además, las empresas una vez privatizadas realizan una mejor
gestión empresarial, y si no cojamos los ejemplos de algunas empresas públicas.
3) Entrada de
capitales extranjeros. Con las privatizaciones de ciertos sectores, muchas
empresas extranjeras quieren participar en los concursos públicos por lo tanto,
las privatizaciones atraen la inversión extranjera. La inversión extranjera
resulta atractiva porque los Estados reciben más impuestos y se benefician de
los bienes y servicios que producen, además, las multinacionales compiten en la
búsqueda de personal cualificado, lo que eleva el nivel de los salarios y anima
a los trabajadores a mejorar su formación.
Otro de los aspectos fundamentales es evitar, con las
privatizaciones, el “enchufismo” y nombramiento a dedo de ciertos cargos
políticos en empresas públicas. Ahora bien, ya hemos escuchado como una de las
empresas candidata a gestionar Telemadrid es la del ex portavoz del Gobierno
de Jose María Aznar, Miguel Ángel Rodríguez. Siguiendo con otro ejemplo,
María Dolores de Cospedal quiere privatizar la sanidad en Castilla La Mancha.
Una de las empresas candidatas es CAPIO SANIDAD, una multinacional sueca de
asistencia sanitaria, líder del mercado en Suecia y España, cuarto en el Reino
Unido y segundo en Francia. Hasta ahí todo normal, lo chirriante es que entre
los distintos nombres que aparecen vinculados a Capio Sanidad, como accionistas
o directivos, destaca el de Rodrigo Rato, ex presidente de BANKIA, ex
vicepresidente y ministro de economía con José María Aznar y máximo responsable
del FMI, incapaz de ver llegar la grave crisis que nos ahoga. Ignacio López del
Hierro, perejil de todas las salsas, esposo de la presidenta de Castilla La
Mancha y para rizar el rizo, el Consejero de Sanidad y Asuntos Sociales de la
Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, José Ignacio Echaniz, es hermano de
Teresa Echániz Salgado, subdirectora de investigación de Capio Sanidad.
Por último quiero decir que la privatización no afecta
al ciudadano. Por ejemplo, en Santander la empresa adjudicataria de la
concesión para la gestión integral del Servicio Municipal de Agua y
Saneamiento de Santander es Aqualia. El precio que paga el ciudadano es el
mismo estando el servicio privatizado o no. El precio del agua lo regula el
Ayuntamiento de Santander mediante una ordenanza fiscal que se aprueba en el
pleno del Ayuntamiento. Por lo tanto, el ciudadano no se ve afectado de hecho,
se beneficia puesto que gracias a la privatización del servicio, el
ayuntamiento gana en eficiencia, en mejores medios ya que la empresa privada
realiza la inversión, y agilidad en la gestión.
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